miércoles, 25 de noviembre de 2009

Asesíname


Es como si miles de niños hicieran huecos con un punzón en mi cabeza, después de unos 21 años volví a escuchar el sonido de la aguja rompiendo la piel, la carne y rayando algún hueso... así se siente la rabia, fastidiosa, dolorosa, impresionante, inminente.

Tengo descargada la fe, se me acabaron las baterías de mujer civilizada, me importan un carajo las recargables, las triple A, pero devuélvemelas para conectarme al cargador otra vez y tener ese tiempo de inmovilidad que necesito. Mientras tanto o mientras te dura la vida, sigue convirtiendo tu ventana en una pantalla de cine, sigue tomando tus fotos los domingos de septiembre pero sin mentirme, sigue inmortalizando al gato y a ella, a mi, ya mátame de una vez. Asesíname.

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