Es la cosa más triste que he visto, quisiera recordar sus ojos hace un cuarto de siglo cuando me vieron por primera vez, si me esfuerzo, tal vez pueda diluir esa foto blanco y negro de mi memoria de mierda, que sólo logra retener la amargura... Adiós a esos ojos vaciándose de lo que aman, despidiéndose de la imagen que quisieran ver cada mañana, otra vez.
¿Han visto de cerca como las lágrimas inundan de tristeza los espejos de mamá?
Yo sí, y creánme, prefiero llenar de oscuridad los míos y esquivar su mirada así sea la útima que me regalé en mucho tiempo, para siempre, que llevarme en el corazón el nudo que se nos hizo en la garganta cuando me echó la bendición.
martes, 21 de julio de 2009
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